El sábado fuimos toda la familia a visitar la exposición de cuadros de Sorolla que hay en el Museo del Prado... y no fuimos los únicos: estaba abarrotado de gente. Sobre todo al entrar en la primera sala casi ni se podía pasar entre tanta gente, y mucho menos pararse durante más de 30 segundos delante de un cuadro. Menos mal que poco a poco se fue distribuyendo todo el mundo entre todas las salas y pudimos apreciar mejor los maravillosos cuadros de este hombre.
Claro que con Laura y Alejandro tampoco nos pudimos parar mucho.
A la media hora de estar por allí ya estaban hartos de ver piernas (era lo que más veían porque la mayoría de los cuadros tenían 7 u 8 personas delante siempre). Pero aunque por el momento no les interese demasiado, siempre viene bien que se vayan acostumbrando a ver arte.
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