Alex y sus compañeros han tenido hoy su primer partido "fuera de casa". La cosa ha acabado más o menos igual que los que jugaron en su colegio la semana pasada pero esta vez han jugado bastante mejor.
El entrenador los ha ido sacando a todos para que tuvieran su ratito de gloria y se lo han pasado genial.
Alejandro empezó jugando de portero y no lo hizo mal: paró un par de tiros complicados y le metieron un gol. Pero después le tocó tirar un penalti y el portero del equipo contario se lo desvió a corner (en la foto se puede ver el momento); el pobre se lo tomó muy a pecho y acabó llorando mientras todos sus compañeros le consolaban. Aunque suene cursi, ha sido una demostración estupenda de compañerismo y de los valores que el deporte en equipo tiene.
Esperemos que sigan así cuando se hagan mayores.
Por cierto, el resultado fue 7 a 3 (y nosotros jugamos fuera).
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